lunes, 3 de noviembre de 2014

Pilar Álvarez Sierra: “Editar, siguiendo sólo criterios económicos, es una receta para el fracaso” (entrevista)

Pilar Álvarez Sierra: "El editor que sólo atiende a intereses económicos o corporativos no es un editor".



Álvarez Sierra es editora de editorial Turner. En España, su país de origen, realizó estudios en la Facultad de Ciencias de la Información y en la Escuela de Letras de Madrid. Fue durante varios años redactora, traductora de inglés y lectora para distintas editoriales, hasta incorporarse en 2003 a la editorial Losada, donde permaneció como editora durante cuatro años. Desde 2007 es editora de las colecciones de Turner –Noema, Música y Biblioteca Turner–, centradas en no ficción de calidad: memorias, historia, estudios culturales, ciencia, música y arte. La editorial recibió en 2013 el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España.


¿Describe tu especial actividad profesional en pocas palabras?

Me ocupo de las colecciones de no ficción en la editorial Turner: ensayo, historia, música, divulgación…

¿Se podría pensar que Turner en un sello dirigido a una élite, a un público restringido, en razón de los temas y de los costos de venta, o es una producción destinada a un público masivo?

Quiero pensar que no nos dirigimos a una élite; desde luego no es esa la intención. Pero sí a un público informado, culto, exigente… y por desgracia ese tipo de lector no es masivo. En ese sentido el problema del precio es un bucle: como son libros que no tienen grandes ventas, su precio unitario es mayor; como son más costosos que la media, no se venden tanto… Pero muchos de nuestros títulos han alcanzado a una masa crítica de lectores bastante amplia y en absoluto nos consideramos una editorial elitista.

Sabemos que su red de distribución incluye el mercado hispano y anglosajón, y en los años recientes, el Medio Oriente. Dinos, por favor, ¿qué nombres latinoamericanos están incluidos dentro de su catálogo, y qué autores venezolanos lo integran?


Estamos coeditando una colección llamada Historias Mínimas (como su nombre indica, son libros breves y con ambición de brindar al lector toda la información necesaria como introducción a cada uno de los temas de los que tratan) con el Colegio de México, y en esta colección gran parte de los autores son latinoamericanos. Específicamente relacionado con Venezuela, publicamos recientemente una biografía novelada de la amante de Simón Bolívar, Manuelita.

¿Influyen las llamadas nuevas tecnologías de la información y la comunicación en sus criterios editoriales y literarios para garantizar publicaciones de alta calidad? ¿Los mensajes emitidos a través de la red por los lectores-escritores, les sugieren estrategias de marketing?

Por supuesto estamos muy atentos a las redes sociales y tratamos de mantenernos muy activos entre el público internauta, específicamente a través de Twitter y Facebook, y animamos a los lectores a que nos manden correos electrónicos para publicar sus comentarios en la red. No puedo decir que las tecnologías de la información nos orienten a la hora de seleccionar nuestros títulos, ni por supuesto estoy de acuerdo con esto que ha dicho recientemente el escritor estadounidense Jonathan Franzen de que las editoriales elegimos a los autores si tienen muchos seguidores en Twitter (¡nunca hemos mirado cuántos “followers” tiene un escritor para editar su libro o no!), pero sí estamos muy atentos a los blogs literarios, a los comentarios sobre nuestros libros en las librerías electrónicas y demás. Nos dan una pista inmediata de las tendencias y nos ayudan a captar mejor el “alma” de cada libro.

¿Crees que el editor impone lo que la gente debe leer, de acuerdo a algunos dictados de la moda o siguiendo algunos intereses económicos o de grupos?


No, no lo creo: editar, siguiendo sólo criterios económicos, es una receta para el fracaso, tan segura como lo es editar sin conocer el mercado. Uno de los factores mágicos que tiene esto de hacer libros es que, por mucho que algunos lo intenten, es imposible diseñar un superventas. No creo que nadie publique un libro que le desagrada o le resulte aburrido pensando que se va a vender mucho, y sin embargo, a veces uno publica un libro sin esperanzas y es justo ese libro el que resulta un éxito. El editor sólo puede aspirar a funcionar como un filtro, y a reunir alrededor de su catálogo a una serie de lectores, autores, libreros y colaboradores que participan de sus intereses y sus gustos. Ese editor que sólo atiende a intereses económicos o corporativos no es un editor: es un ejecutivo de mercadotecnia, y en Turner no tenemos de eso.

¿Qué tipo de libros o géneros son los más atractivos para el público español provenientes de Latinoamérica? ¿Cómo es la presencia de la literatura latinoamericana en España?

En general, y siento decirlo por ser editora de no ficción, creo que ha penetrado mucho mejor en España la narrativa latinoamericana (desde los tiempos del boom hasta hoy los autores de novela latinoamericanos son populares, leídos y queridos en España), que el ensayo latinoamericano. Espero que vayamos rellenando ese hueco poco a poco.

¿Cómo observas la proyección global del idioma español en la industria editorial? ¿Crees que vamos a tener alguna vez las dimensiones editoriales que tiene el mundo anglosajón? O ya la tiene.


No, no la tiene, y veo lejano el día en que la cultura escrita en español esté al nivel (al menos cuantitativo) de la anglosajona. Queramos o no, las tendencias mayoritarias nos llegan a todos de Estados Unidos y de Inglaterra, y eso se refleja en la gran hegemonía de la cultura anglosajona sobre la española. Sigue siendo abrumadora la proporción de traducciones del inglés al español que nosotros realizamos respecto a las que realizan las editoriales anglosajonas del español a su idioma. Ahí tenemos mucho trabajo por delante.

¿Crees que sea cuestión de tiempo para que el libro impreso en papel deje de ser el principal medio para hacer llegar a los lectores las nuevas producciones literarias?

Ojalá supiera contestar a esa pregunta. Siendo sincera, sólo puedo decir que mi pronóstico o mi opinión cambian cada pocos meses. Hace un par de años, hubiera dicho que el libro digital se iba a imponer como el principal medio de lectura en poco tiempo. Hoy veo que el papel aguanta mucho más de lo que todos creíamos o temíamos, y pienso que en el futuro cercano aún seguirá siendo el formato preferido, al menos por el lector “no utilitario”: para leer temas del momento, narrativa ligera, temas prácticos y demás, quizá el libro digital se imponga con rapidez; pero para la lectura reposada, alimenticia, para los libros que de verdad uno desea conservar, disfrutar y revisitar, seguiremos leyendo en papel por mucho tiempo. Y ahí los editores tenemos la obligación, ahora más que nunca, de hacer que los libros sean objetos que uno desee conservar: que el tacto sea agradable, cuidar la estética, la tipografía, hasta el olor de la tinta…

Entre las opiniones emitidas de manera negativa sobre un libro por un crítico especializado, y el veredicto emocionado positivamente de un grupo de lectores sobre el mismo texto, como editora, ¿con cuál te quedas?

Siempre con el de los lectores. Y confío en que a largo plazo se vea que el lector siempre tiene razón, sobre todo en lo que le gusta.


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