Foto de José Antonio Rosales
En Coralia López Gómez coincidieron dos premios vinculados a su trabajo como diseñadora gráfica, otorgados por el Centro Nacional del Libro, en el IV Premio Nacional del Libro 2006. El primero de dichos trabajos fue el premio al Mejor catálogo de exposiciones, conseguido por el catálogo producido por la Galería “Braulio Salazar” de la Universidad de Carabobo, y que fue dedicado a la obra del artista plástico José Faneite. El veredicto del jurado expresó: “Este catálogo, diseñado con sobriedad y elegancia, con excelente material fotográfico y un texto analítico del escritor Juan calzadilla, destaca la obra del pintor José Faneite, la que hasta esta exposición era conocida superficialmente y de manera fragmentada y parcial. El catálogo demuestra la realización de una investigación exhaustiva sobre la obra de Faneite, valorando el conjunto y produciendo conclusiones sobre su significación”.
El otro premio otorgado a Coralia fue en el renglón del Mejor afiche que promocione el libro y la lectura. Es un cartel diseñado para la Fundación Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello”, con el fin de difundir el Encuentro con la Literatura Infantil en Venezuela. El dictamen para este capítulo enuncia que “el afiche galardonado refleja el intenso deseo de los autores y promotores de la literatura infantil, de llenar a los niños de fantasía, color y alegría a través de la magia de los libros. Este singular encuentro con la literatura infantil en Venezuela quedó en la memoria por medio de esta obra”.
Ambos reconocimientos, concedidos por un jurado integrado por la escritora Laura Antillano, el bibliotecólogo Gabriel Saldivia, el director de la revista Día Crítica, Gonzalo Ramírez; el ensayista y crítico literario Alberto Rodríguez Carucci, el antropólogo Alejandro Calzadilla, la presidenta de la Distribuidora Venezolana del Libro, Rosa Fernández, y la representante del Centro Nacional del Libro, Beatriz Aiffil, vienen a confirmar los méritos que como diseñadora, Coralia López Gómez ha ido agregando a su carpeta de trabajo.
Nacida en Valencia, comenzó hace 15 años a combinar la utilidad del diseño y el significado de la forma. Más que diseño gráfico, sus destrezas la definen como una diseñadora en comunicación visual, en virtud de que sus trabajos refieren, por una parte, un método de diseño, la comunicación como un objetivo, y, por supuesto, lo visual como el medio, conjugando a través de estas tres coordenadas las preocupaciones y el alcance de su profesión.
“El diseñador gráfico, dice Coralia, debe trabajar en la interpretación, en el ordenamiento y en la presentación visual de los mensajes. A la sensibilidad del diseñador para la forma, debe unírsele su sensibilidad para el contenido. Un diseñador de textos no ordena tipografía, sino que ordena palabras con significados, e imágenes con historias; por lo tanto, trabaja desde la afectividad, en la belleza y, además, en la eficacia de los mensajes”.
El trabajo de Coralia tiene que ver, por consiguiente, con la planificación y estructuración de la comunicación, con su realización y con su estimación.
Coralia es egresada de la Escuela de Artes Plásticas “Arturo Michelena”; realizó estudios de diseño en el Instituto de Diseño Gráfico de Valencia y egresó como licenciada en Comunicación Social, de la Universidad Católica “Cecilio Acosta”. Además es ilustradora por naturaleza propia, y tiene en la fotografía, a la imagen como metáfora del pensamiento.
“El diseñador, afirma, debe tener conocimiento íntimo del lenguaje visual, de la comunicación, de la percepción visual, de la tecnología y de sus propios medios como ser humano”.
Por esta razón estudió comunicación social, dice, de forma tal que el periodismo la ayudara a ampliar su percepción del mundo de la composición gráfica. Así, el periodismo le aporta la comprensión de la importancia del texto, la ilustración le da la oportunidad de participar con sus propias creaciones en el trabajo de diseño, y éste la conecta a la estructura de la página.
Signos de identidad
Los signos de identidad de su trabajo son fáciles de identificar. Tienen en la línea y en los colores planos a sus principales protagonistas. Puede observarse una cierta tendencia al minimalismo, a cierta esencialidad, como si se afincara sólo en un esbozo de estructura, lo que le permite, según ella, una mayor efectividad en la transmisión del mensaje. Eso sí, la imagen ocupa en sus diseños un lugar especial. Pero una imagen que carece de sombras, de volúmenes, de degradaciones.
“Creo, dice, que a medida que transcurre el tiempo, en vez de ponerle, le quito elementos a mis trabajos. No me gustan los artificios en la composición de la página”.
En este sentido maneja con cuidado los recursos que le facilitan las computadoras y los programas. Desprecia el abuso de estos recursos; por el contrario, admira mucho el diseño que se hacía a partir de un buen concepto, valiéndose de las habilidades propias del diseñador: “Ahora pueden observarse trabajos que son más bien catálogos de efectos logrados con la computadora. Que hacen hincapié más en los efectos, que en el mensaje o la idea que se desea comunicar”.
Una característica que la define como diseñadora es su condición de lectora. Al contrario de lo que ocurre con muchos diseñadores, para ella las palabras no son sólo imágenes, sus significados también intervienen en el acto de componer. Sus trabajos guardan el equilibrio necesario entre las palabras y la imagen.
“El color, la tipografía, las palabras y las imágenes son partes importantes de la composición visual. La utilización de todos estos elementos en el espacio de una página en blanco influye en la eficiencia y en la eficacia de los mensajes gráficos. En todo caso, aunque me interesa mucho la estructura de las letras y le otorgo valor a sus formas, creo mucho en la importancia de sus significados”.
Coralia López Gómez ha participado en importantes proyectos editoriales. Diseñó e ilustró la página “La Escuela Viva”, durante nueve años, publicada semanalmente en el diario Notitarde, de Valencia. Espacio, a través del cual, pudo conocer el mundo de la literatura infantil. Ha ilustrado los libros Gatero y yo, de Luis Cedeño; De la escuela salen los caminos (Bejuma, Miranda, Montalbán); De la escuela salen los caminos (Puerto Cabello, Juan José Mora); Carta al Niño Jesús; De la escuela salen los caminos (Zulia), todos de ediciones La Letra Voladora.
Le reconoce a la escritora Laura Antillano el incentivo para dedicarse a la ilustración de libros dirigidos a niños. El primer libro que ilustró, ¡A que no me la adivinas! Repertorio de adivinanzas iberoamericanas, de Avilio González Tineo, fue publicado en México, editado por la Secretaría de Educación Pública. Este libro es una antología con adivinanzas de todo Ibero América, con ilustraciones suyas que ayudan a obtener pistas sobre las posibles soluciones de los acertijos publicados. Esta edición fue distribuida en las bibliotecas de todos los estados del país azteca.
También trabajó durante dos años en Brújula de Papel, experiencia editorial auspiciada por el diario El Nacional, cuyo objetivo abarcaba, a través de libros dirigidos a los niños, el suministro de herramientas para apoyar su proceso de formación educativa. Ha ilustrado algunos libros para niños que forman parte de una colección para jóvenes lectores: El discurso de angostura, de Simón Bolívar, y Vida ejemplar de Simón Bolívar, de Santiago Key Ayala.
Otra de las experiencias importantes llevadas a cabo por Coralia López, fue la de haber sido incorporada para realizar el desarrollo gráfico de la edición 74 aniversario del diario El Carabobeño, en Valencia: Ubuntu, buscando líderes para la convivencia. En un trabajo en equipo que califica de altamente positivo, Coralia desarrolló todo el concepto que lució esta edición especial.
Su trabajo más reciente, pudo ser observado en la 8va. Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo, cuando el Vicerrectorado Académico y el CDCH-UC, presentaron a la comunidad universitaria dos nuevas publicaciones: la revista Saberes compartidos y el periódico A ciencia cierta, Premio Nacional de Periodismo Científico 2008.
“El diseño es parte de mi vida, dice. Disfruto asistir a una feria de libros y ver libros y revistas bellamente editadas. Por esta razón, mi mayor aspiración es que quien vea uno de mis diseños, también pueda disfrutarlo como yo lo hice”.
En el año 2010, la diseñora y comunicadora social Coralia López Gómez compartió con su espeso, el fotógrafo y museógrafo Argenis Agudo, el Premio Nacional de Periodismo.