miércoles, 17 de febrero de 2010

DE LA SERIE: Seres Urbanos/Slavko Zupcic


¿Qué es para ti la ciudad donde vives?

La calle que veo desde mi ventana, algunos árboles. La panadería, el vendedor de periódicos, la lavandería. Esta pared frente a mis ojos, aquel cuadro rojo, el lugar donde apoyo los codos y comienzo a escribir.

¿Con cuál flor la comparas?

Con las campanitas que sembró mi madre para fijar los linderos de aquella casa perdida.

¿A qué huele?

A la boca de Giuliana, al cuello de Alessandro. Ciudad, hueles.

¿Cómo suena?

Pájaros y máquinas en concierto desquiciado, maníaco, hiperbólico.

Si fuese un libro, ¿cuál sería su tema?

El mismo libro de siempre, el mismo tema de siempre, ese tema que persigo y escribo, que busco y resisto hasta tensar la cuerda, el tema de todos los libros que sueño y (no) escribo.

Si fuese una comida, ¿qué ingredientes tendría?

Maíz y mozzarella, aceite de oliva. No poner tomate.

¿Qué ciudadano la habita?

Un barbero, el vendedor de libros usados, aquella mujer que sonríe, el anciano del estacionamiento, el vecino de al lado.

Si tu ciudad fuese una vulgaridad, ¿cuál sería?

La canción de la cachorrita.

Si fuese un graffiti, ¿que diría?

Fundador, (no) la cagaste. Con la opción de pensar el no todos los días.

Cuando estás lejos, ¿qué es lo que más echas de menos de tu ciudad?

La mujer que amo y el saludo cotidiano del vendedor de periódicos.

Si tu ciudad fuese un personaje de novela, ¿cuál sería?

Franz Biberkofp, el de Berlin Alexanderplatz. Con Alfred Döblin persiguiéndolo, indicándole inyecciones de trementina.

Cuando estás lejos, ¿qué es lo que más presumes de tu ciudad?


Lejos la tengo más, no la carezco.

Si tu ciudad fuese una expresión criolla, ¿cuál sería?

Ma che cazzo di domande sono queste. (Qué mierda estas preguntas. Traducción libre del editor)

Si tuvieras que mostrar un rincón de tu ciudad a un turista, ¿qué enseñarías y por qué?

Nunca converso con turistas.

Si tuviera que hacer un regalo producido en tu ciudad, ¿qué regalarías y por qué?

Una barra de pan envuelta en papel de regalo.

A tu ciudad, ¿qué le sobra?

Lo que le falta.

A tu ciudad, ¿qué le falta?

Lo que le sobra.

Por favor, díganos quién es usted y cuál es su ciudad.

Patas de Valencia, la de San Desiderio. Ojos de Salerno. Nariz de Barcelona. Cuerpo de Caracas. Ombligo del Turia, como la Valencia primigenia. Vasalbarcava, ¿existes? Yo soy tu íngrimo habitante.

Slavko Zupcic (Valencia, 1970) es médico venezolano, egresado de la Universidad de Carabobo. Ha practicado varios géneros literarios. Entre sus títulos, destacan Escúcheme Señor Sol (1989), poesía para niños; Giuliana Labolita: el caso de Pepe Toledo (2006), narrativa para niños; Los relatos Dragi Sol (1989); Vinko Spolovtiva, ¿quién te mató? (1990); 583104: pizzas pizzas pìzzas (1995); Barbie (1995) y Tres novelas (2006), y el ensayo Máquinas que cantan (2005). Ha obtenido los premios: Bienal de Literatura Infantil Luis Bouquet (1987); Bienal José Rafael Pocaterra (1990); Premio Municipal Ciudad de Valencia (1991); Mención de Honor de la Bienal de Literatura de Guayana (1994). Fue finalista del XIX Premio Herralde de novela. A partir del texto Amor que a otro puerto perteneces, y sus dos primeros libros de cuentos fue escrita la novela Círculo croata.

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