Foto de José Antonio Rosales
ÓRGANO DE LO IMAGINARIO
Obligada al lenguaje verbal, desnuda de ademán y gesto; inválida de expresión corporal, oculta a la complicidad de las sonrisas y de las miradas, la radio es un medio de comunicación que desafía la imaginación.
Eso nos hace pensar Liliana Lozano, directora de Universitaria 104, 5, emisora de la Universidad de Carabobo, cuando dice que el gran valor de este medio es, precisamente, el de ser “el único que permite, después de la lectura, el ejercicio de la imaginación”.
Y, a pesar de esta economía de recursos expresivos, la radio es próxima y cálida, como la voz de Liliana, porque aun siendo puro sonido, cada palabra dicha por ella, está impregnada de emociones y vivencias.
“Cada medio tiene su lenguaje, dice, y el de la radio se caracteriza por darle preponderancia a la descripción. Se necesita que quien escucha pueda aprehender lo que se le está comunicando, y eso pasa por acicatear la imaginación y la fantasía. Por lo tanto, el mensaje, aunque directo, debe ser sugerente. Recordemos que quien oye radio se mueve en distintos escenarios -la oficina o la casa-, con nuestra voz de fondo como única compañía”.
-El que comunica construye puentes manejando emociones; por lo tanto, para todo comunicador, nada humano puede serle ajeno. Debe interesarle todo, pues el público al que se dirige tiene intereses diversos. Debe gustarle el contacto humano, pues es, ese contacto el que le va a proporcionar los denominadores comunes de la gente: Todos queremos ser felices, queremos amar, queremos que nos vaya bien en la vida; es decir, a los seres humanos nos mueven las mismas cosas; así como las grandes tragedias, los pequeños actos cotidianos. El comunicador no hace otra cosa que convertirse en una suerte de vaso comunicante, utilizando el conocimiento de esa información”.
Ya el propio semiólogo francés, Roland Barthes, lo había advertido: el sonido de la voz le da materialidad al cuerpo, y aunque estamos invadidos por las imágenes, nuestra civilización es una civilización de la palabra. Barthes fue quien nos dio la clave anticipada de por qué la palabra hablada adquiriría la fuerza que ha hecho de la radio uno de los medios más competitivos: "la voz es un órgano de lo imaginario".
Eso nos hace pensar Liliana Lozano, directora de Universitaria 104, 5, emisora de la Universidad de Carabobo, cuando dice que el gran valor de este medio es, precisamente, el de ser “el único que permite, después de la lectura, el ejercicio de la imaginación”.
Y, a pesar de esta economía de recursos expresivos, la radio es próxima y cálida, como la voz de Liliana, porque aun siendo puro sonido, cada palabra dicha por ella, está impregnada de emociones y vivencias.
“Cada medio tiene su lenguaje, dice, y el de la radio se caracteriza por darle preponderancia a la descripción. Se necesita que quien escucha pueda aprehender lo que se le está comunicando, y eso pasa por acicatear la imaginación y la fantasía. Por lo tanto, el mensaje, aunque directo, debe ser sugerente. Recordemos que quien oye radio se mueve en distintos escenarios -la oficina o la casa-, con nuestra voz de fondo como única compañía”.
-El que comunica construye puentes manejando emociones; por lo tanto, para todo comunicador, nada humano puede serle ajeno. Debe interesarle todo, pues el público al que se dirige tiene intereses diversos. Debe gustarle el contacto humano, pues es, ese contacto el que le va a proporcionar los denominadores comunes de la gente: Todos queremos ser felices, queremos amar, queremos que nos vaya bien en la vida; es decir, a los seres humanos nos mueven las mismas cosas; así como las grandes tragedias, los pequeños actos cotidianos. El comunicador no hace otra cosa que convertirse en una suerte de vaso comunicante, utilizando el conocimiento de esa información”.
Ya el propio semiólogo francés, Roland Barthes, lo había advertido: el sonido de la voz le da materialidad al cuerpo, y aunque estamos invadidos por las imágenes, nuestra civilización es una civilización de la palabra. Barthes fue quien nos dio la clave anticipada de por qué la palabra hablada adquiriría la fuerza que ha hecho de la radio uno de los medios más competitivos: "la voz es un órgano de lo imaginario".
EL TONO DE LA VOZ
En la radio no hay masas uniformes sino suma de grupos y voluntades, por eso quien trabaja en la radio, además de valerse de las palabras y construcciones gramaticales, define un especial tono de voz. Y en el caso de Universitaria 104, 5, nos referimos a una particular forma de expresión. A diferencia de la prensa, donde la frase puede ser vuelta a leer, y de la televisión, donde la imagen soporta y hasta desplaza al verbo, en la radio “sólo” se puede trabajar con las palabras, la música y los sonidos.
“Las técnicas para el manejo de la voz en radio, afirma Liliana Lozano, tienen un denominador común con la actuación y el canto. Quien se propone trabajar en este medio debe asomarse a la ventana del canto y ubicar qué voz tiene, para saber qué tono va a dar. Esto nos indica cuáles son nuestras fortalezas y debilidades. Del reconocimiento de esas cualidades, cada uno puede hacer una cosa diferente con su voz, y cada uno puede trabajar esa voz con aquello que necesite mejorar. Una vez que sabemos de qué voz somos dueños, debemos aprender a colocarla para sacarle el máximo provecho. La colocación de la voz, el tono, las pausas, los silencios, son distintos de acuerdo a cada trabajo radial. La equilibrada combinación de los diferentes elementos, puede hacer que quien nos escuche no cambie el dial. Es tan sencillo que te cambien, pues es tan alta la oferta. Por eso es necesario, también, ser espejo de lo que ocurre afuera”.
Esto, inevitablemente, ha conducido a que Universitaria 104, 5 haya desarrollado su propia voz. Una voz que ha sembrado en el oyente universitario la posibilidad de convertirse, más que en un receptor, en un interlocutor, que recrea, evoca, usa y hace “cosas” con las palabras que escucha. Dando como resultado un radioescucha integrado al “nosotros” que es hoy en día la emisora de la Universidad de Carabobo.
“Todo lo que somos y hemos sido se encuentra en ese decir que nos transparenta y nos descubre a los ojos de los demás -piensa Liliana-, y al oírnos allá afuera, pueden averiguar quiénes somos, de dónde venimos, cómo actuamos, qué tememos, qué admiramos”.
RADIO UNIVERSITARIA
“Las técnicas para el manejo de la voz en radio, afirma Liliana Lozano, tienen un denominador común con la actuación y el canto. Quien se propone trabajar en este medio debe asomarse a la ventana del canto y ubicar qué voz tiene, para saber qué tono va a dar. Esto nos indica cuáles son nuestras fortalezas y debilidades. Del reconocimiento de esas cualidades, cada uno puede hacer una cosa diferente con su voz, y cada uno puede trabajar esa voz con aquello que necesite mejorar. Una vez que sabemos de qué voz somos dueños, debemos aprender a colocarla para sacarle el máximo provecho. La colocación de la voz, el tono, las pausas, los silencios, son distintos de acuerdo a cada trabajo radial. La equilibrada combinación de los diferentes elementos, puede hacer que quien nos escuche no cambie el dial. Es tan sencillo que te cambien, pues es tan alta la oferta. Por eso es necesario, también, ser espejo de lo que ocurre afuera”.
Esto, inevitablemente, ha conducido a que Universitaria 104, 5 haya desarrollado su propia voz. Una voz que ha sembrado en el oyente universitario la posibilidad de convertirse, más que en un receptor, en un interlocutor, que recrea, evoca, usa y hace “cosas” con las palabras que escucha. Dando como resultado un radioescucha integrado al “nosotros” que es hoy en día la emisora de la Universidad de Carabobo.
“Todo lo que somos y hemos sido se encuentra en ese decir que nos transparenta y nos descubre a los ojos de los demás -piensa Liliana-, y al oírnos allá afuera, pueden averiguar quiénes somos, de dónde venimos, cómo actuamos, qué tememos, qué admiramos”.
RADIO UNIVERSITARIA
Quizás uno de los postulados más importantes que comparte toda radio universitaria sea el de aportar en la construcción de una cultura común de los ciudadanos, fortaleciendo su nivel educativo y cultural y estimulando el flujo de información científica y tecnológica, además de informar y entretener con pluralidad e independencia.
“Nada te puede dejar indiferente, afirma Liliana Lozano. No puede haber prejuicios. Debemos ser capaces de ponernos en el lugar del otro. Y nunca perder la capacidad de asombro y la curiosidad. Nuestro cuerpo todo, debe convertirse en un instrumento de comunicación. No es solamente el rigor de lo académico, sino lo que somos verdaderamente: los libros que hemos leído, las películas que hemos visto, lo que hemos amado, lo que hemos viajado. Porque en algún momento pueden comenzar a pesar los libros que no nos hemos leído, las películas que no hemos visto, lo que hemos dejado de hacer, es decir, nuestras carencias”.
“Tenemos que asumir la comunicación como un acto integral, nos debe interesar todo. Debemos ser capaces de reconocer el auditorio para escoger los temas. Y no creo que sea necesario trivializar el discurso para llegarle a la gente. Este es un trabajo que exige nuestra conciencia como educadores en el más amplio sentido de la acepción. Cuando nos plantamos delante de un micrófono, nos convertimos en modeladores de la conducta de la gente, pues anteponemos lo que es más sagrado para un comunicador, es decir, la credibilidad”.
“La radio no es solamente una cajita de música. La gente quiere que le hables, la gente quiere escuchar. En este momento en el que todo no los dan digerido, en que todo está hecho, la radio sigue siendo el único medio que nos permite el ejercicio de la imaginación”.
“Nada te puede dejar indiferente, afirma Liliana Lozano. No puede haber prejuicios. Debemos ser capaces de ponernos en el lugar del otro. Y nunca perder la capacidad de asombro y la curiosidad. Nuestro cuerpo todo, debe convertirse en un instrumento de comunicación. No es solamente el rigor de lo académico, sino lo que somos verdaderamente: los libros que hemos leído, las películas que hemos visto, lo que hemos amado, lo que hemos viajado. Porque en algún momento pueden comenzar a pesar los libros que no nos hemos leído, las películas que no hemos visto, lo que hemos dejado de hacer, es decir, nuestras carencias”.
“Tenemos que asumir la comunicación como un acto integral, nos debe interesar todo. Debemos ser capaces de reconocer el auditorio para escoger los temas. Y no creo que sea necesario trivializar el discurso para llegarle a la gente. Este es un trabajo que exige nuestra conciencia como educadores en el más amplio sentido de la acepción. Cuando nos plantamos delante de un micrófono, nos convertimos en modeladores de la conducta de la gente, pues anteponemos lo que es más sagrado para un comunicador, es decir, la credibilidad”.
“La radio no es solamente una cajita de música. La gente quiere que le hables, la gente quiere escuchar. En este momento en el que todo no los dan digerido, en que todo está hecho, la radio sigue siendo el único medio que nos permite el ejercicio de la imaginación”.