martes, 7 de octubre de 2025
Pablo Agudo López: “Tocar un Andrea Guarneri marca un hito en mi trayectoria artística y profesional”
Por Rafael Simón Hurtado / Fotos cortesía de Pablo Agudo López
Pablo Agudo López, joven violinista venezolano de Valencia, Carabobo, destaca como promesa de la música clásica. Formado en el Sistema Nacional de Coros y Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela representa la excelencia de una generación que combina técnica impecable con una profunda sensibilidad emocional. Recientemente, recibió en préstamo un violín Andrea Guarneri del siglo XVII, gracias a al reconocimiento de su talento por la violinista suiza Chiara Banchini.
Pablo Agudo López cruza las fronteras hacia el jazz con el violín Andrea Guarneri, en concierto con el Sebastian Volco Trío en el marco de la La Nuit Bleue du Jazz, en La Cité Bleue, Ginebra. Foto Giulia Charbit.
En el mundo de la música barroca, poseer la oportunidad de tocar un instrumento histórico como un violín Andrea Guarneri es un privilegio reservado para unos pocos. Este instrumento, cedido en préstamo al joven violinista Pablo Agudo López, no solo representa ser el depositario de una joya de la luthería del siglo XVII, sino también un eslabón de lujo de la centenaria historia de la interpretación musical. El acuerdo refleja la confianza en el talento de este músico venezolano y la generosidad de una de las figuras más destacadas del violín barroco: la violinista suiza Chiara Banchini.
¿Pablo, en qué consiste el contrato del préstamo del violín Andrea Guarneri?
“El violín, un Andrea Guarneri original datado aproximadamente en 1664, es una pieza de incalculable valor histórico y artístico, cedida en préstamo por la maestra Chiara Banchini, figura icónica del violín barroco y fundadora de la primera cátedra de este instrumento en la Schola Cantorum Basiliensis, una institución de referencia mundial en música antigua. Este préstamo se formalizó mediante un partenariado, un acuerdo de cooperación con el teatro La Cité Bleue de Ginebra y la orquesta Cappella Mediterranea, dirigida por el maestro Leonardo García-Alarcón, de la cual formo parte, desempeñándome en ocasiones como concertino o principal.”
El acuerdo no solo garantiza el uso del instrumento en contextos artísticos de alto nivel, también refleja el compromiso de estas formas de cooperación en la formación y promoción de jóvenes talentos.
“El violín, un Andrea Guarneri original datado aproximadamente en 1664, es una pieza de incalculable valor histórico y artístico.”
¿Háblame sobre la historia del violín?
“El violín fue fabricado en Cremona, Italia, por Andrea Guarneri, patriarca de una de las familias de luthiers más célebres de la historia, quien fue discípulo directo de Nicolò Amati, considerado el primer gran maestro de la luthería. Este instrumento, creado en la década de 1660, es un testimonio vivo del apogeo de la escuela cremonesa. En el siglo XIX, fue restaurado por luthiers de la escuela Amati, quienes, creyendo erróneamente que se trataba de un violín Amati, modificaron únicamente elementos como la tastiera (diapasón), el mango, el puente y la cordalera, preservando intacta la caja sonora, el corazón del instrumento, que conserva su estado original al 100%.”
“La confusión inicial sobre su autoría se resolvió cuando Chiara Banchini, propietaria de un Amati auténtico, sospechó que este violín podía ser un Guarneri. Un análisis dendrocronológico confirmó su origen, datando la madera y verificando que se trataba de una obra maestra de Andrea Guarneri.”
Aunque no se conoce con precisión la lista de músicos que han tocado este violín a lo largo de sus casi cuatro siglos de existencia, su longevidad invita a imaginar las manos virtuosas que lo han hecho sonar, desde cortes europeas hasta salas de concierto. Cada rasguño y cada nota que resuena en su madera cuenta una historia de pasión y dedicación, manteniendo al instrumento “completamente vivo”, como un custodio de la tradición musical.
Un gesto de confianza: El proceso detrás del préstamo
El acceso a un instrumento de esta magnitud no es un hecho cotidiano. En un mundo donde los violines de la familia Guarneri son codiciados por su rareza y calidad, el proceso para obtener uno en préstamo suele ser riguroso. Sin embargo, en este caso, la historia toma un giro singular, marcado por la generosidad y la visión artística de Chiara Banchini.
¿Pablo, qué pasos debiste dar para obtener este préstamo? ¿Fue a través de una solicitud personal o mediante una institución?
“No fue necesario presentar una solicitud formal. El violín me fue ofrecido directamente por Chiara Banchini, quien, tras ser jurado en mi recital de grado el año pasado, reconoció mi potencial y decidió confiarme su Andrea Guarneri. Para formalizar esta cesión, Chiara propuso un partenariado con La Cité Bleue y Cappella Mediterranea, instituciones donde participo regularmente. Conversó con el maestro Leonardo García-Alarcón, director de la orquesta, quien apoyó de inmediato la iniciativa, considerando que mi trayectoria justificaba el privilegio de tocar un instrumento de esta envergadura.”
Este gesto no solo refleja la confianza en la capacidad musical de Pablo, sino también el compromiso que profesores e instituciones están dispuestos a llevar adelante para contribuir con el desarrollo artístico del aventajado ejecutante.
Un privilegio sin condiciones formales
El valor de un violín Andrea Guarneri trasciende lo material, convirtiendo su cuidado en una responsabilidad inmensa. La cesión de un instrumento de esta categoría suele estar acompañada de estrictos requisitos, pero en este caso, la confianza depositada en Pablo Agudo López marca la diferencia.
¿Qué requisitos debiste cumplir para obtener el beneficio? ¿Cuenta con un seguro que cubra posibles daños al instrumento?
“No hubo requisitos específicos qué cumplir, ya que la oferta provino directamente de Chiara Banchini, quien confió plenamente en mi capacidad para honrar el instrumento. Esta confianza, lejos de ser un alivio, implica una responsabilidad aún mayor para cuidarlo y hacerlo brillar en cada interpretación. Además, el violín está asegurado, garantizando su protección ante cualquier eventualidad, lo que permite enfocarme en explorar su potencial artístico con tranquilidad.”
Un tesoro de la luthería cremonesa
Los violines de la familia Guarneri son emblemas de la excelencia artesanal y sonora. Desde el legendario “Il Cannone” de Niccolò Paganini, fabricado por Giuseppe Guarneri del Gesù, hasta las obras de Andrea Guarneri, estos instrumentos son considerados patrimonio cultural. El préstamo de este violín en particular refleja su valor no solo como objeto, sino como vehículo de expresión artística. Los violines de Andrea Guarneri son joyas históricas, y su escasez los convierte en tesoros codiciados por músicos y coleccionistas. A diferencia del Guarneri del Gesù tocado por Paganini, este violín pertenece a la producción de Andrea Guarneri, patriarca de la familia, lo que lo hace aún más raro.
¿Debes cumplir con algunas condiciones?
“Las condiciones del préstamo son notablemente flexibles: puedo utilizar el instrumento en cualquier contexto artístico, desde conciertos con Cappella Mediterranea hasta proyectos de música contemporánea. El período de préstamo está establecido, por ahora, hasta el año 2030, brindándome una oportunidad única para desarrollar mi arte con esta obra maestra.”
Un instrumento que transforma el arte
Tocar un violín Andrea Guarneri no es solo un honor, sino una experiencia transformadora. La calidad sonora y la sensibilidad de un instrumento histórico elevan la interpretación a un nivel superior, desafiando al músico a explorar nuevas dimensiones de su arte.
¿Cómo puede influir este instrumento en tu desarrollo artístico o profesional? ¿Qué significa para ti alcanzar este mérito? ¿Puede influir en el sonido de lo hecho hasta ahora?
“La oportunidad de tocar un Andrea Guarneri marca un hito en mi trayectoria artística y profesional. Mi violín personal, aunque de buena calidad, no puede compararse con la profundidad y sensibilidad de este Guarneri. Desde la primera vez que lo toqué, quedé profundamente conmovido por su capacidad de respuesta: cada matiz, cada intención musical se traducía con una claridad y calidez incomparables. A pesar de haber estado sin tocar durante años, el instrumento comenzó a “despertar” tras pocos meses de uso, desde mayo de este año, cuando inicié su interpretación, hasta la formalización del préstamo recientemente. Su timbre, rico y vibrante, es único, superando con creces cualquier violín moderno, por más excepcional que sea.”
“Este violín no solo transforma mi sonido, sino que me invita a un diálogo constante con el instrumento. Como dijo mi maestro Luis Miguel González, “no es el caballo, es el jinete”. Un Guarneri es como un vehículo de alta gama, pero su verdadero potencial solo se desbloquea con dedicación, estudio y una conexión íntima. Tocar este violín es fusionarme con él, entender sus matices y sacarle el máximo provecho, lo que sin duda moldeará mi desarrollo artístico y profesional, abriendo nuevas posibilidades expresivas.”
La versatilidad de un violín Andrea Guarneri permite su uso en una amplia gama de contextos, desde la música barroca hasta proyectos contemporáneos. Sin embargo, su valor histórico impone ciertas consideraciones prácticas, especialmente en términos de seguridad.
¿En qué lugares o contextos utilizarás el instrumento? ¿Hay limitaciones? ¿El préstamo es para un proyecto específico?
“El violín se integra plenamente en mi actividad artística, desde las producciones con Cappella Mediterranea y La Cité Bleue hasta mis proyectos de música popular y contemporánea con el Sebastián Volco Trío y mi ensemble Les Impertinences. No hay limitaciones artísticas en su uso, lo que me permite explorar su sonoridad en diversos repertorios. Sin embargo, por razones de seguridad, no creo poder llevarlo a Venezuela para mi próxima visita en noviembre-diciembre, donde dirigiré un programa con la Orquesta Barroca Simón Bolívar. Aunque el seguro cubre el instrumento en Europa, la logística y los riesgos de viajar con un tesoro de esta magnitud requieren una reflexión cuidadosa. Llevar este Guarneri a mi país sería un sueño, pero garantizar su seguridad sería una prioridad absoluta.”
La responsabilidad de custodiar un legado
Cuidar un violín de casi 400 años de antigüedad es una tarea que combina devoción y disciplina. La confianza depositada en el músico conlleva un compromiso inquebrantable con la preservación del instrumento.
¿Qué compromisos adquieres en cuanto al cuidado del instrumento? ¿Recibes capacitación especial en el manejo y cuidado de un instrumento histórico y de alto valor económico?
“No he recibido capacitación específica, ya que se me ha otorgado plena confianza para cuidar el violín. Sin embargo, asumo esta responsabilidad con la máxima seriedad. El instrumento permanece en mi hogar o, durante giras, en cajas fuertes de hoteles. Lo trato con el mismo cariño y cuidado que dedicaría a un ser querido, consciente de su valor histórico y económico. Esta atención constante, aunque a veces genera cierta ansiedad, se ha convertido en una extensión natural de mi compromiso como músico.”
Un círculo exclusivo de privilegiados
Tocar un violín de la familia Guarneri es un honor reservado para un grupo reducido de músicos en el mundo. La rareza de estos instrumentos los convierte en objetos de deseo y admiración, accesibles solo a quienes demuestran un talento excepcional.
¿Cuántos músicos en el mundo tienen acceso a este privilegio? ¿Qué nombres se han anotado en esta lista?
“No existe una cifra exacta, pero el número de músicos con acceso a un Andrea Guarneri es extremadamente reducido, formando un círculo selecto de intérpretes. La escasez de estos instrumentos, combinada con su valor histórico, los reserva para figuras destacadas en el ámbito de la música clásica y barroca. Aunque no se conocen nombres específicos de otros beneficiarios actuales, el acceso a un Guarneri es un reconocimiento implícito de excelencia artística.”
Chiara Banchini, quien cedió en préstamo a Pablo Agudo López el violín de Andrea Guarneri, es una leyenda viva del violín barroco.”
Chiara Banchini: Una mentora y visionaria
Chiara Banchini no solo es la propietaria del violín, sino una figura clave en la música barroca y en la formación de nuevas generaciones de músicos. Su trayectoria como intérprete, pedagoga y fundadora de instituciones de referencia la convierte en un pilar del movimiento de interpretación históricamente informada.
¿Qué papel juega Chiara Banchini en esta experiencia? Háblame de ella.
“Chiara Banchini es una leyenda viva del violín barroco, conocida por su virtuosismo, su rigor musicológico y su pasión por la enseñanza. Fundadora de la cátedra de violín barroco en la Schola Cantorum Basiliensis, ha formado a generaciones de músicos en la interpretación históricamente informada. Su relación conmigo comenzó como jurado en mi recital de grado, y desde entonces ha seguido de cerca mi carrera, asistiendo a mis conciertos y ofreciéndome orientación constante. Vivimos cerca en Ginebra, lo que ha facilitado un vínculo estrecho, y actualmente planeamos un recital de violín solo con el Guarneri para el próximo año. Además, Chiara colabora con el programa NEOJIBA (Centros Estatales de Orquestas Juveniles e Infantiles de Bahía, en Brasil), inspirado en El Sistema de Venezuela, demostrando su compromiso con la formación de jóvenes músicos. Su generosidad al cederme este violín y su apoyo continuo son un regalo invaluable para mi desarrollo artístico.”
Un sueño que comienza: La emoción de un nuevo capítulo
El préstamo de un Andrea Guarneri no es solo un hito profesional, sino una experiencia profundamente personal. Cada nota tocada en este instrumento es un testimonio de años de esfuerzo y una conexión con la historia de la música.
¿Qué sensaciones se producen tras este nuevo paso?
“Aún estoy asimilando la magnitud de este privilegio, como si viviera un sueño despierto. Cada vez que toco el violín, me invade una gratitud inmensa hacia Chiara Banchini, Leonardo García-Alarcón, Cappella Mediterranea, La Cité Bleue y mi familia musical de El Sistema en Venezuela. Dedico este logro a mis maestros, como Rosario Ferrufino, Boris Paredes Alzolay, Sergio Celis y José La Rosa, y a mis padres, Argenis y Coralia, quienes me formaron en el arte y la vida. También a mis amigos de la Librería Albatros en Ginebra y a todos los que han sido parte de mi camino. Este violín es el fruto de años de sacrificio y pasión, y estoy seguro de que las anécdotas que surgirán de esta experiencia apenas comienzan a escribirse.”

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario