domingo, 30 de mayo de 2010

De la Serie: Seres Urbanos / Carlos Yusti


¿Qué es para ti la ciudad donde vives?
Es el lugar de encuentro con los amigos y de los amores y desamores.

¿Con cuál flor la comparas?
Con la orquídea dibujada en los ojos de una muchacha.

¿A qué huele?
A paraíso terrenal.

¿Cómo suena?
A esa música que viene del alma y se interpreta con el corazón.

Si fuese un libro, ¿cuál sería su tema?
El encuentro de un hombre y una mujer para mitigar la soledad de hormigón.

Si fuese una comida, ¿qué ingredientes tendría?
Especies, azafrán, cúrcuma y ese olor inconfundible que despierta el apetito.

¿Qué ciudadano la habita?
El que no se detiene ante las dificultades y anda enfrentándose a molinos de viento, porque a veces la locura es tan importante como la razón.

Si tu ciudad fuese una vulgaridad, ¿cuál sería?
Sería coño porque representa nuestra pasión castiza y castellana.

Si fuese un graffiti, ¿qué diría?
Un ser sin estudios es un policía de Guaiparo.

Cuando está lejos, ¿qué es lo que más echas de menos de tu ciudad?
La mujer que amo (la currunca) y sus paisajes

Si tu ciudad fuese un personaje de novela, ¿cuál sería?
La Maga de Rayuela.

Cuando estás lejos, ¿qué es de lo que más presumes de tu ciudad?
Sus paisajes que hablan de esa era primigenia del hombre.

Si tu ciudad fuese una expresión criolla, ¿cuál sería?

Ven a mi que tengo flor (expresión utilizada en el juego de truco).

Si tuvieras que mostrar un rincón especial de tu ciudad a un turista ¿Qué enseñarías, y por qué?
La Gran Sabana y su majestuoso Salto Ángel, porque al contemplarlo el alma se empequeñece, se torna humilde.

Si tuviera que hacer un regalo producido en tu ciudad ¿qué regalarías, y por qué?
Un collar indígena porque representa la destreza artística de nuestras mujeres.

A tu ciudad ¿qué le sobra?
Los malos políticos que ha padecido y los corruptos de todo pelaje.

A tu ciudad ¿qué le falta?
200 poetas mas, 300 novelistas y muchos hombres y mujeres forjados en la hojalata de lo artístico.

Por favor, díganos quién es usted y cuál es su ciudad.
Carlos Yusti. Ciudad Guayana.



Carlos Yusti (Valencia, 1959). Es pintor y escritor. Ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (Ediciones de la Secretaría de Cultura de Carabobo, 1991); Vírgenes necias (Fondo Editorial Predios, 1994) y De ciertos peces voladores (1997). En 1996 obtuvo el Premio de Ensayo de la Casa de Cultura “Miguel Ramón Utrera” con el libro Cuaderno de Argonauta. En el 2006 ganó la IV Bienal de Literatura “Antonio Arráiz”, en la categoría Crónica, por su libro Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión. Dentro de la metáfora: absurdos y paradojas del universo literario (2007); y Para evocar el olvido y otros ensayos inoportunos (2007) son sus más recientes publicaciones. Dirige, conjuntamente con la periodista Virginia Gudiño, la revista Fauna Urbana. Coordina y diseña la revista digital Arte Literal. Colabora para las revistas digitales Venezuela Analítica, Ficción Breve, Escáner Cultural, Letralia, Cayo Mecenas; con el suplemento cultural Letra Inversa, del diario Noti-Tarde.

jueves, 20 de mayo de 2010

La visualización informática del cuerpo humano


Alexander Tsiaras pone el acento en los acuerdos evidentes entre el arte y la ciencia, en una relación que si bien ha devenido, a través de la historia, en altibajos inexplicables, hoy en día las muestra iguales, equivalentes y complementarias.

Si, como expresó Roland Barthes, la fotografía es fundamentalmente un certificado de presencia, la fotografía científica exhibe, como ninguna otra, el rastro de un escenario oculto, un espacio límite para los sentidos humanos pero, aun así, vigente en otra franja de lo real. Acaso ahí se encubra la razón elemental del golpe de encantamiento que se redobla cada vez que uno deposita la mirada sobre los primeros planos de cuerpos cavernosos, venas dilatadas, túmulos seminíferos, tejidos eréctiles por causa de la fuerza de un torrente sanguíneo.
Son cualidades orgánicas que se expanden ante una reveladora demostración icónica. Las moléculas del papel o los píxeles de las imágenes, rebotan en la pantalla del computador para hacer presente en este mundo lo indetectablemente pequeño. En cada caso, el ajuste al medio con instrumentos adecuados es condición de éxito y captura del objeto a retratar. No bastan la luz, los claroscuros, los matices desplegados, los juegos de colores, si no se cuenta con las herramientas precisas y la paciencia requerida.
En la actualidad los científicos y los artistas, en virtud de las nuevas tecnologías, son capaces de ofrecer a especialistas e iniciados, los más recónditos panoramas de nuestro cuerpo interior. Valiéndose de simuladores avanzados, ecografías de alta tecnología y reconstrucciones computarizadas, sus alcances permiten el seguimiento del ser humano a través de la pantalla del computador a espacios inexplorados. Hoy podemos recibir, gracias a estas tecnologías médicas, imágenes más auténticas, acabadas y hermosas de nuestra estructura interna.
Es el caso del trabajo realizado por el artista, científico y periodista norteamericano, Alexander Tsiaras, quien ha desarrollado gracias a exploradores del cuerpo y hologramas láser, imágenes del cuerpo humano en donde se combinan la descripción científica exacta, con el tacto de la reproducción artística.
Las imágenes virtuales no son fotografías, según lo expresado por el propio Tsiaras, sino visualizaciones obtenidas con cámaras diseñadas por él, que posibilitan el aislamiento e iluminación de diferentes partes del cuerpo, mostrando con gran nitidez por las altas resoluciones de los equipos, desde el más complejo órgano hasta la célula más diminuta, como las publicadas en su libro La arquitectura y diseño del hombre y la mujer: la maravilla del cuerpo humano revelado.
Usando tecnología sofisticada e innovadora de proyección de imagen, la complejidad de los datos del cuerpo se transforma en información accesible y bella, con la cual se alcanza la transmisión de un conocimiento a través de una sofisticada narrativa visual. El viaje, inabarcable, revela el misterio de la vida, los orígenes de la existencia, en una travesía de extraordinaria belleza y emocionante descubrimiento del ser humano.

La anatomía humana en Leonardo Da Vinci


Leonardo Da Vinci permitió el privilegio de observar el interior de dos cuerpos durante el acto sexual. Disección de un coito entre un hombre y una mujer, c. 1492.

Leonardo Da Vinci, el gran maestro del renacimiento, hizo extraordinarios descubrimientos en cuanto a anatomía humana. Valido de su condición de artista, sintió la necesidad de conocer a fondo la geografía del cuerpo humano. El pintor florentino, desafiando la tradición eclesiástica, se procuró muchos cadáveres, que luego diseccionaba, haciendo posteriormente unos dibujos anatómicos, que, aparte de su exactitud, constituían verdaderas obras de arte. Sus mejores dibujos fueron de los huesos y los músculos, siendo muy claros y exactos los de la mano y el hombro. Otros mostraban la acción de los músculos dibujados con gran destreza y discernimiento.
Descubrió cómo la sangre recorría constantemente todo el cuerpo humano, llevando el alimento a cada una de sus partes y eliminando los deshechos, con lo cual se adelantó al descubrimiento del médico inglés William Harvey sobre la circulación de la sangre. Estudió los músculos del corazón e hizo dibujos de las válvulas que parecen demostrar que conoció su funcionamiento. Su interés por el cuerpo humano lo llevó a estudiar también otro problema científico: el de la estructura y funcionamiento del ojo, en donde obtuvo grandes progresos.
Sigmund Freud, el médico austriaco creador del psicoanálisis, en su ensayo Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, explicó sus impresiones anatómicas sobre la obra de Leonardo, citando el análisis del doctor R. Reitler sobre un dibujo en que el pintor renacentista representa a una pareja copulando mediante un corte vertical.
No hay duda de que las cualidades artísticas de Leonardo Da Vinci permitieron ilustrar fácilmente todo lo que descubría su ojo disciplinado, enriqueciendo la ilustración científica, como vehículo pedagógico y medio de investigación.
En él se combina perfectamente el arte con la ciencia, demostrando que el discurso gráfico puede lograr una síntesis que el lenguaje se halla imposibilitado de expresar.

El cuerpo humano


La visualización de Fritz Kahn (1888-1968) del cuerpo como planta química fue concebida en un período en que la industria química alemana era el mundo más avanzado. 1926

El interior del cuerpo humano es intrincado, complejo. Las leyes naturales que rigen las diversas funciones del cuerpo, en muchos casos, son un enigma, aún para la tecnología y la medicina más avanzada. ¿Qué sucede debajo de la piel de un ser humano?, es un fascinante secreto.

En el pasado distante la estructura interna del cuerpo era cuestión de especulaciones y fantasías, pero sobre todo, de muy escasa investigación. Había solamente insuficientes tentativas de representarlo en bocetos y dibujos. El desarrollo de la investigación anatómica, junto con la invención de la tecnología de la impresión en el siglo XV, ayudó a dar algunos pasos mediante la inspiración de artistas en su percepción del cuerpo. La anatomía imaginaria floreció, llenándose de detalles, a veces extraños y surrealistas, que expusieron al mundo exterior las entrañas de un universo más insólito aún.

Al principio de la era moderna, localizada en el tiempo entre los años 1450 y 1750, a pesar de que triunfaron algunos valores de la modernidad -el progreso, la comunicación y la razón-, todavía la frontera entre el arte y la ciencia no estaban bien definidos. Los expertos en anatomía, y aun los artistas, en ese período utilizaban formas familiares, cercanas a la naturaleza, a la religión y al arte, para hacer sus descripciones y representaciones.

Pero fue entre los años 1680 y 1800 cuando los especialistas fueron un poco más allá en su búsqueda por darle un carácter más científico a las representaciones del cuerpo. La necesidad de hacer más confiable la exposición anatómica, demandó que toda recreación estuviese desprovista de metáforas visuales y paisajes imaginarios. Cada elaboración exigía la reproducción con técnicas de impresión que reflejaran autenticidad, talento artístico, pero sofisticación del conocimiento actualizado en los estudios de la anatomía humana.
Todo lo anterior ha determinado que las representaciones del cuerpo hechas en cada época, reflejen las creencias, convicciones y capacidades tecnológicas de la sociedad del momento. De allí que, por ejemplo, en la Edad Media, etapa caracterizada por un período de oscurantismo, los astros influyeron sobremanera en la forma cómo se percibía el cuerpo; en la china milenaria, la medicina descargaba sobre la acupuntura un gran poder de influencia, en vista de que este tratamiento podía regular la energía a través de unos puntos que recorren los canales corporales; las teorías de Vitrubio, durante el renacimiento, ayudaron a explicar cómo las proporciones del cuerpo humano sirvieron para construir el ideal de la belleza; las lecciones de anatomía del flamenco Andrés Vesalio cambiaron la forma de ver el cuerpo humano en el siglo XVI dentro de la medicina científica; y a principios del siglo XX, Fritz Kahn produjo una sucesión de libros en los que reproducía el funcionamiento interno del cuerpo humano, mediante el dibujo de las metáforas visuales propias de la nueva sociedad industrial -plantas de fabricación, motores de combustión interna, refinerías, dinamos, teléfonos, etc.

domingo, 2 de mayo de 2010

Universitaria 104,5 FM: el sonido de la tribu


Foton de José Antonio Rosales.

En el texto La comprensión de los medios como extensiones del hombre, Marshall McLuhan empleó una acertada metáfora para referirse a la radio como un “tambor tribal”. Es decir, la radio como caja de resonancia que nos conecta con el medio. Tambor, en cuyo lenguaje resuena la cultura, que va al encuentro con el ser humano individual, potenciando la semilla y la raíz que hay en cada uno, pero en un marco de conciencia colectiva.

Al cabo de quince años Universitaria 104,5 FM, atabal con el que conectamos con el entorno, puede dar cuenta de algunos logros tribales. Un vistazo al devenir de la radio de la Universidad de Carabobo, podría indicarnos el género de las huellas grabadas en la universidad y en la ciudad, después de una década y media de palabras expresadas con inteligencia y ternura.

Universitaria 104,5 FM ha significado la construcción de un espacio público, de un sitio de encuentro en dónde pronunciar las similitudes y las diferencias, en un área de negociación de sentido, de construcción de consenso y de condiciones de satisfacción. Teniendo siempre presente sus niveles de audiencia, pero medidos con la regla de la diversidad cultural difundida. Pues la radio universitaria sólo tiene significado si sus relaciones de comunicación son útiles para promover espacios de articulación de proyectos educativos y culturales, más allá del rating.

Porque más allá del rating, la radio universitaria debe ayudar a cambiar el mundo, mediante la construcción de acepciones que cimienten una mirada propia, satisfecha desde el terreno que transitamos cotidianamente; y, sobre todo, modificando la mirada que los otros tienen de nosotros, desechando los dedos índices creados para medirnos.

Y al tener presente la creación de sentidos, para Universitaria 104,5 FM, las formas cobran valor, en un pacto entre el mundo cultural de la vida cotidiana y la comunicación radiofónica, a través de la estética, que es el modo como se transportan las ondas hertzianas en inéditas formas narrativas; insistiendo en la metáfora, recurriendo a la retórica más que a la lógica y saliendo de la cultura del vértigo, para entrar en la pausa, la reflexión y el sentido profundo.
Es el sonido radial que sondea nuestra propia acústica ciudadana. Porque la radio -ciudadana y plebeya ella misma-, es la única con el don absoluto de vincularnos, de modo tan estrecho y decisivo, con el lenguaje, que es su carne, su suerte, su persistencia o disolución; lo que le da título de identidad y con el que despliega la imaginación para mediar con nuestro intelecto, a través de la palabra múltiple; de la música ya compuesta o por hacer; de los efectos mínimos o complejos; de los ruidos del hombre o de natura y de los silencios elocuentes.

Luego de quince años de compartir las voces y las palabras con los otros, Universitaria 104,5 FM, se sumerge en el sólido rumor del tambor tribal, en el que nuestra cabeza humana se mira una y otra vez, fascinada en su propio reflejo.