viernes, 27 de mayo de 2011
DEFINICIÓN
En Literatura es importante lo que el lector hace con lo escrito, y lo que lo escrito hace con el lector.
Rafael Simón Hurtado. Escritor, periodista. Fue Jefe de Edición de Tiempo Universitario, semanario oficial de la Universidad de Carabobo. Director-editor fundador de las revistas Huella de Tinta, Laberinto de Papel, Saberes Compartidos, los periódicos La Iguana de Tinta y A Ciencia Cierta, y la página cultural Muestras sin retoques. Premio Nacional de Periodismo (2008), Premio Nacional de Literatura Universidad Rafael María Baralt (2016), Premio Municipal de Literatura Ciudad de Valencia, (1990 y 1992). Ha publicado los libros de ficción Todo el tiempo en la memoria y La arrogancia fantasma del escritor invisible y otros cuentos; y de crónicas, Leyendas a pie de imagen: Croquis para una ciudad. Ha hecho estudios de Maestría de Literatura Venezolana en la Universidad de Carabobo.
martes, 24 de mayo de 2011
FICCIÓN SÚBITA
Rafael Simón Hurtado. Escritor, periodista. Fue Jefe de Edición de Tiempo Universitario, semanario oficial de la Universidad de Carabobo. Director-editor fundador de las revistas Huella de Tinta, Laberinto de Papel, Saberes Compartidos, los periódicos La Iguana de Tinta y A Ciencia Cierta, y la página cultural Muestras sin retoques. Premio Nacional de Periodismo (2008), Premio Nacional de Literatura Universidad Rafael María Baralt (2016), Premio Municipal de Literatura Ciudad de Valencia, (1990 y 1992). Ha publicado los libros de ficción Todo el tiempo en la memoria y La arrogancia fantasma del escritor invisible y otros cuentos; y de crónicas, Leyendas a pie de imagen: Croquis para una ciudad. Ha hecho estudios de Maestría de Literatura Venezolana en la Universidad de Carabobo.
miércoles, 11 de mayo de 2011
El poder pedagógico de la metáfora
El silencio de los rieles. Foto de Martin Gallino.
Recientemente, no sé porqué,recordé el tren del cuento del escritor mexicano Juan José Arreola, El Guardagujas, escrito en 1952
En el relato de Arreola, un empleado del sistema ferroviario, mediante la analogía y la metáfora, le describía a un pasajero extranjero, un servicio de tren en donde imperaba la exageración, el absurdo y el imposible.
Allí, ese pasajero, que llegaba a la estación con la idea de viajar a un determinado destino, había adquirido un boleto de tren, con el que se disponía a abordarlo.
Luego de los trámites de rutina, y de recuperar el aliento por la fatiga del camino, se dio cuenta de que había llegado justo a la hora en que el tren debía partir.
Cuando quiso sobreponerse de su desánimo, pensando en que había perdido el transporte, un empleado del sistema ferroviario quiso ayudarlo, ofreciéndole información.
Luego de interrogarlo sobre su tiempo de permanencia en el país, el operario le hizo comprender al viajante que la organización del sistema de trenes en su país no había sido ordenada debidamente. En su breve explicación, el extraño empleado, hizo pasar al peregrino del desánimo a la reanimación, del encandilamiento a la consternación, y de allí a la resignación.
El guardagujas, empleado del ferrocarril, describió un régimen de servicio de transporte en donde gobernaban las fallas y la incapacidad, en el que los pasajeros adquirían su boleto esperando subirse a un tren, que, en realidad, no ofrecía ninguna confianza en el cumplimiento de los horarios ni brindaba garantías de llegada a los lugares de destino.
Es un sistema ferroviario, -le hizo saber el funcionario-, que sólo se comprometía con la esperanza, -futura y remota-, del arribo; con unas oficinas en las que la burocracia organizaba únicamente la publicación de los itinerarios y la expedición de los boletos, pero no aseguraba, -de acuerdo al cuento de Arreola-, que los convoyes cumplieran con las rutas y los destinos indicados y contenidos en las guías, y pasasen efectivamente por las estaciones.
A los habitantes de aquel país, sólo les quedaba resignarse a la espera. Mientras tanto, debían aceptar las irregularidades del servicio, pues su patriotismo les impedía cualquier manifestación de desagrado.
Rafael Simón Hurtado. Escritor, periodista. Fue Jefe de Edición de Tiempo Universitario, semanario oficial de la Universidad de Carabobo. Director-editor fundador de las revistas Huella de Tinta, Laberinto de Papel, Saberes Compartidos, los periódicos La Iguana de Tinta y A Ciencia Cierta, y la página cultural Muestras sin retoques. Premio Nacional de Periodismo (2008), Premio Nacional de Literatura Universidad Rafael María Baralt (2016), Premio Municipal de Literatura Ciudad de Valencia, (1990 y 1992). Ha publicado los libros de ficción Todo el tiempo en la memoria y La arrogancia fantasma del escritor invisible y otros cuentos; y de crónicas, Leyendas a pie de imagen: Croquis para una ciudad. Ha hecho estudios de Maestría de Literatura Venezolana en la Universidad de Carabobo.
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